Si os gusta mínimamente el atletismo, sabréis que hay especialistas que emplean su explosividad en carreras de 100/200/400 metros, otros que aprovechan su rapidez y cierta resistencia en el mediofondo (800m/1500m/La milla/3.000m), y quienes son especialistas en carreras de resistencia, los fondistas de 5.000 y 10.000 m, las medias maratones y los por encima de todos estos, están los maratonianos.
Para cada tipo de carrera hay que tener una cierta predisposición física (tipo de musculatura, capacidad de esfuerzo, mentalidad,...etc.), si bien, una gran mayoría puede con ayuda de un buen entrenamiento, mejorar la especialidad que elija aún no estando especialmente dotado para ello. Es decir, no llegará a poseer el record mundial, pero sí que se puede tener una marca decente, siempre según el empeño dedicado y las limitaciones de cada persona.
En el mundo de inversión, los operadores de intradía, los inversores a medio y a largo plazo podrían asimilarse análogamente a estas categorías deportivas (con un poco de imaginación de por medio). Sin embargo un inversor en dividendo que por lo general realiza operaciones para vivir de las rentas que le ofrezcan dichas inversiones (idealmente de forma indefinida) creo que supera ampliamente todos estas categorías, incluso a los corredores de ultra-maratones.
Mientras que la gran mayoría respeta y admira a los corredores de maratón (por su fuerte mentalidad, voluntad, capacidad de sacrificio, perseverancia y constancia), los inversores en dividendo (que tienen todas estas virtudes además elevadas a la enésima potencia ya que todas deben extenderse a lo largo de muchos años) por lo general tenemos asegurados en la mayoría de los casos menosprecio del resto de inversores que son mucho más activos en su operativa.
Por lo general nos atacan aludiendo al hecho irrefutable, según ellos, del descuento inmediato del dividendo en la cotización en el momento en el que se paga, olvidándose de que los precios a los que se negocian las acciones los forma una negociación oferta/demanda y el realidad el descuento sólo afecta a la forma en la que se reflejan los valores en los gráficos que por lo general descuentan el dividendo retroactivamente.
En otras ocasiones el ataque suele ser especialmente duro cuando las cotizaciones sufren de un periodo a la baja. ¿Cómo se puede alguien querer comprar una acción que está cayendo un 20% en el año sólo porque ofrece un pago de un 5% de dividendo?.
Parte de razón hay en la pregunta. No parece lógico comprar una acción sólo por su dividendo, de hecho, creo que en este blog he defendido siempre lo contrario, hay que huir de forma generalizada de los high yielders (los que pagan más dividendos) porque pocos de ellos tienen un dividendo sostenible (hay honrosas excepciones a esta regla, desde luego, y en circunstancias de depresión generalizada son más fáciles de encontrar), pero si nos planteamos comprar una compañía que ofrece el 10% (me viene a la cabeza Seadrill por la que hubo un tiempo en que se me preguntaba de vez en cuando) hay que analizar con más detalle que nunca la sostenibilidad de dichos pagos, porque en la mayoría de los casos esa anomalía en los dividendos suele acarrearnos consecuencias negativas en forma de recorte o supresión en los pagos.
Sin embargo, comprar compañías con un buen historial y que se encuentran en un momento de cierta debilidad (real o provocada por su entorno) nos permite entrar en compañías con dividendos que yo considero razonables y más fácilmente sostenibles (3%-5%) y que pueden darnos en el futuro unas rentas estables y crecientes siempre que sean capaces de superar los malos momentos.
Cambiando ligeramente de tema: El universo de compañías cotizadas es tan amplio que una sólo persona no puede analizar y seguir todas las compañías que le gustaría, pero sí que puede ir avanzando paulatinamente en el número de empresas que vigila y sigue ya que conforme más se aprende, menos tiempo se necesita dedicar a las compañías de su interés porque cada vez las conoce mejor.
Recientemente en un comentario del blog se apuntaba a Naturhouse como una compañía interesante para la inversión en dividendo. Siempre agradezco vuestros comentarios. No tengo todo el tiempo que me gustaría, por lo que se me pueden escapar y me seguirán escapándose muchísimos detalles, noticias y ¿cómo no? compañías completas. Así que gracias por el apunte.
Sin embargo, los inversores en dividendo necesitan tener confianza en una compañía para invertir en ella y aunque Naturhouse es una casa que existe desde hace más de 20 años, la he visto en varias localizaciones, conozco casos de éxito y también fracasos en sus ubicaciones y en sus tratamientos, tengo que decir que la compañía no tiene mi confianza. Me voy a explicar con un ejemplo sencillo: De la misma manera que no iría a una zapatería porque me duele una pierna al andar, yo no iría a un centro Naturhouse para adelgazar.
Aunque el sector en el que trabaja creo que tiene potencial, no creo que la compañía tenga barreras de entrada significativas. Puede que sus productos y sistemas funcionen, no lo pongo en duda por falta de información, pero no creo que tengan el gran secreto dietético del siglo ni el método perfecto patentado.
Advierto que esto es mi opinión preliminar y sin entrar a valorar en profundidad la compañía, por lo que puede estar equivocado, así que si alguien se la ha mirado en profundidad estaría encantado de que nos contara su opinión y nos diera su opinión y algunas cifras relevantes. Tener un dividendo alto no sólo es insuficiente, sino que además puede ser una advertencia de peligro que hay que analizar son serenidad. ¡Cuidado!.
Al igual que la semana pasada, prefiero centrarme en comentar algunos de los resultados más destacados que se han presentado esta semana, así que espero que sean de vuestro interés: